Decálogo de una madre primeriza

Después de, ay madre, casi 10 meses de maternidad, me veo en disposición de escribir un decálogo que puede resultaros interesante, divertido, o todo lo contrario ;P A mí seguro que me viene bien recordar, algún día, todas las cosas que nos han pasado desde que nos quedamos embarazados. Este decálogo resume mi experiencia como madre primeriza. No obstante, la tuya puede ser totalmente diferente.

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1. Duerme todo lo q puedas antes de que la criatura venga al mundo. EN SERIO. Deja de ponerte a pensar en su cuartito, en la ropita o en cómo será el gran día, en lugar de dormir. Porque todo se resolverá en su momento, pero las horas de sueño perdidas nunca volverán.

2. La lactancia materna no es fácil. Ni su proceso, tan natural como yo imaginaba. Puedes ser de esas a las que sus bollitos se les enganchan con una facilidad increíble. Pero, por lo general, hay que enseñarles a engancharse y a comer. A comer, sí; porque los primeros días se quedan adormilados y ese no es el objetivo. Hay que acariciarles el talón o incluso darles unos suaves golpecitos mientras ellos maman, para que no caigan en los brazos de morfeo.

3. Pasa de los comentarios de los demás. Y no solo de terceros lejanos, también de los de tu propia hermana. Si es lista -y tb ha sido madre- ella misma te dirá: «Yo hice esto, pero tú haz lo que te salga de ahí», que es lo que me dijo la mía.

4. Los bebés comen, duermen y cagan. Y no hay mucho más durante las primeras semanas (o meses).

5. Tras el parto, el pelo se te cae. Y MUCHO. Olvídate de tu melena fuerte y brillante y ten a mano el teléfono del fontanero, para que vaya a desatascar tus tuberías. Un horror. Peeeero tranquilidad, porque el pelo vuelve a nacer. A partir del tercer mes de haber dado a luz, pequeños pelitos irán haciendo acto de presencia por toda tu cabeza. Tened a mano productos antiencrespamiento 😉

6. Eso de que cuando estás embarazada hay que comer por dos es un mito. Pero oye, si puedes, ¡hazte feliz! Tu cuerpo y tu bebé te lo agradecerán. Yo tuve la suerte de no tener diabetes gestacional, ni cogí muchos kilos, así que si me apetecía cualquier capricho bañado en chocolate, cosa que ocurría a diario, pues me daba permiso. Intentaba compensar caminando mucho y bebiendo mucha agua.

7. El síndrome del nido es VERDAD. Piensas cómo ordenar cosas, las ordenas, rectificas el orden y vuelves a pensar. Y así una y otra vez, hasta que alguien -el buenpadre- te coge de los brazos y le dice a tu síndrome: «¡sal del cuerpo de mi mujer!».

8. Piensa en la primera foto con tu bebé. Y no te flipes con cambios de look durante el embarazo. Odio cómo salgo en la foto del hospital. No me veo cara de madre radiante de felicidad. Me corté el pelo muy corto durante el embarazo, para estar más cómoda y tal… ¡Con lo fácil que hubiera sido haberme hecho un moñete!

9. Si no te ceden el asiento en el metro, que no lo harán, reclámalo tú. Es un derecho y por eso hay determinados asientos asignados para personas mayores, con muletas, embarazadas o que vayan con niños. Te plantas delante del asiento en cuestión y, muy educadamente, dices: «¿me permite que utilice el asiento reservado?». Y punto.

10. Vas a ser la persona más feliz del mundo. Y tu bebé, el más guapo. Y lo sabes.

6 comentarios en “Decálogo de una madre primeriza

  1. Jeje muy buen decálogo, y gracias por la mención! Me alegra que hayas pasado por la experiencia de la maternidad porque de ese modo se comprende totalmente, el tema delnsueño, del sindrome del nido, no se comprende en su esencia hasta que no lo sufres! Jajaja
    Un besote muy grande 😉

    • Si es que el pelo corto es lo más cómodo. Tardas poco en secarlo y peinarlo y no te complicas demasiado. Pero bueno, tienes que estar muy segura de cortártelo 🙂

  2. Pues yo tenía pensado cortarme el pelo cuando esté a punto de parir por la comodidad, pero también hacerme el alisado de keratina que me lo hice una vez y me fue genial!

    Y lo del metro lo tengo clarinete! No hay nada que me dé más rabia que una embarazada de pie y que nadie le ceda el asiento…

    • ¡A tope con lo del metro! Si es que no hay que agachar la cabeza o resignarse. ¡Ese sitio es nuestro!
      Nunca me he hecho el alisado de keratina, pero creo que me lo hubiera hecho, en lugar de haberme cortado el pelo. Ahora ya está creciendo 🙂

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