Te asomas antes de ir a trabajar para dar un beso a tu mujer dormida. Ves al bebé de dos meses dormido junto a ella en la cama, más accesible que cuando está en la cuna. Te arriesgas a darle un beso muy suavecito en la mejilla antes de irte. Sonríe en sueños sin despertarse.
Y descubres que ya no importa nada más.
Exacto, despuès de ser padre… No importa nada mas que ese pequeño ser que tienes 😉
Y la mami, siempre. Sin Gafamamá nada hubiese sido posible. No hablo sólo del bebé, aunque también.
Es un tópico pero la verdad es que sus sonrisas siempre compensan los malos ratos y las noches sin dormir.
Qué bonito! Y es la pura realidad… una vez que nacen esos bichitos pequeños ya nada más importa…
Es la mejor forma de empezar el día!!!